Quienes somos?

Lanaynay...


Dicen que hace muchos siglos, cuando la tierra de los mapuches sólo era habitada por tribus alfareras, cazadoras y recolectoras, llegó a las orillas del lago Lanalhue una familia de pacíficos mapuches a los que nadie tomó muy en cuenta. La verdad es que nadie sabía que el Gran Nguenechén les iba dar una misión muy importante que era la de difundir por la tierra el uso del telar para confeccionar abrigadoras prendas de lana y esta misión partió de una promesa hecha por un cacique a los Padres Ancestrales debido a unos acontecimientos que ahora paso a contar para ustedes.
“Era plena primavera cuando la doncella Naynay estaba tejiendo un hermoso collar de flores a la orilla del lago, entonces apareció Chompallhue y le pidió unas flores a la tejedora, ella le preguntó el porqué tenía el pelo tan rizado y porqué su piel era del color del charu que se ponía en el fuego para cocinar; Chompalhue primero se extrañó porque ella no sintió miedo ni tampoco se rió de él, y después le contó que por órdenes de Nguenechén, él era el genio que protegía los lagos y lagunas de todas la tierra hasta donde los ojos podían ver.
Naynay, conversó largamente con él y le regaló su hermoso collar, entonces Chompallhue se sumergió en el lago y cantó feliz toda la noche… desde allí en adelante nunca le faltó el alimento a esta familia que pescaba en el lago y regaba sus campos de quínoa con las aguas que amablemente les daba el genio, amén de las frutas silvestres que encontraban en los bosques ribereños.
Pero no todo fue felicidad, un día una envidiosa hermanastra de Naynay acusó a la muchacha con su padre y le contó que ella pasaba tejiendo collares que lanzaba a las aguas y no hacía nada en la huerta ni en la ruca. Sorprendido y malhumorado el cacique prohibió a su hija las visitas al lago.
“Chachay querido, amado chachay… no me encierres y déjame tejer” - dijo la doncella- pero su padre fue duro e implacable, la aisló de la familia y para que entrara en razón le entregó unas varillas y varas secas para que hiciera fuego, más dos llamas para que le hicieran compañía y se hiciera una mujer hacendosa.
La obediente Naynay imploró a Nguenechén y a Chompallhue para que la ayudaran y se durmió por mucho tiempo, fue entonces que los dioses en sueño le entregaron el don para poder hacer un telar, una rueca y un huso y así aprovechar la lana de las llamas para tejer. La imaginación de Naynay se echó a volar y comenzó a hacer bellísimos tejidos con no menos hermosos diseños que fueron inspirados por los dioses, cuando su padre vio lo que su hija había hecho, se dio cuenta de su error y pidió perdón con mucha sinceridad y devoción a los dioses.
Nguenechén y Chompalhue no lo castigaron, pero le exigieron que dejara a su hija tejer todo lo que ella quisiera y donde quisiera… fue así como Naynay recorrió otras comunidades y enseñó el arte del tejido y de hacer el telar, la rueca y el huso… y el saber se extendió por toda la tierra mapuche… y cuando ya muchas mujeres habían aprendido el arte de hablar a través de los diseños, Naynay se fue a la orilla del lago y con sus aladas manos tejió collares hasta que se durmió, esta vez para siempre, siempre.
Entonces Chompallhue se la llevó a las profundidades y allí los dos moran en un bello palacio de cristal.
Dicen que esta bella durmiente algunas noches de luna sale a la superficie del lago Lanalhue y se le ve con su rueca y su huso afanando en los tejidos que los dioses tutelares le inspiraron.
FIN
MARÍA INÉS VEGA SANHUEZA
Charu: cántaro de barro
Chachay: forma cariñosa de llamar al papá, papito
Chompalhue: deidad que protege ríos y lagos.
Huitral: telar mapuche
Naynay: araña
Nguenechén: dios tutelar de la cosmogonía mapuche.





Belén

Sebastián

lanaynaybs@gmail.com
tallerartefactos@gmail.com

3 comentarios:

  1. Hermoso lo que hacen, bellísima historia! Felicitaciones y merecidos éxitos!

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  2. guau!!! qué historia liiinda!!! descubrí el crochet hace un par de años: encontré un ovillo de hilo y una aguja, busqué una vieja revista y me puse a tejer. Me encantaría reunirme, hacer mingas de tejido, aprender e investigar el universo de las naynay. ¿dónde dictan los talleres? ¿se puede iniciar en cualquier momento?
    saludos
    Silvia

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  3. Me complace ver esta leyenda que es de mi autoría, gracias por las personas que la han leído y les gustó, gracias a ustedes por compartir con las miles de Naynay que hay en nuestra tierra. Yo tejo con las palabras y las ideas. Un abrazo fraterno. María Inés

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